lunes, 2 de noviembre de 2009

Tim Burton nos trae el Stitchpunk


“El Extraño Mundo de Jack” en 3D, 2009

Hace poco se estrenó por estos lados la versión 3D de la película “El Extraño Mundo de Jack”, 1993, (“Tim Burton’s The Nightmare Before Christmas” en su idioma original) que aunque estemos convencidos de lo contrario, fue escrita y producida pero no dirigida por Tim Burton, sino por el también director de “Coraline”, 2009, Henry Selick. Creo que ha llegado ya la moda del 3D y ha llegado para quedarse (las dos películas de “Toy Story” también vienen en camino en nueva versión 3D). El caso de esta película es bastante particular, ya que fue filmada en la tradicional técnica de animación cuadro a cuadro y ahora ha sido convertida a tercera dimensión mediante técnicas de computador, como lo ilustra el video arriba incluido.
Esto me recuerda que hace unos años las antiguas películas en blanco y negro estaban siendo coloreadas y se presentó toda esta polémica de si esto era un atentado contra la integridad de las creaciones clásicas. Al fin la moda pasó y ya no se hace, tal vez porque no hay un mercado para viejas películas coloreadas.
Es posible que en unos años tengamos un boom de cine reconvertido a 3D, sobre todo con las grandes taquilleras de Hollywood. En un par de décadas, no creo que más, casi todo lo que se haga será en 3D, incluso para televisión y habrá unas pocas películas que tendrán el apellido 2D por su atractivo nostálgico.



Selik y Burton igualmente colaboraron, el primero como director y el segundo como productor, en la menos difundida “James y el Durazno Gigante”, 1996, basada en un libro de Roald Dahl. Dios los cría y ellos se juntan, a falta de un refrán apto para ateólogos. Y es que estos tres creadores, y otros tantos que de una u otra manera han coincidido con ellos en diversas obras, comparten una constante no fácil de definir. El humor negro y escenarios grotescos de Dahl son llevados a la pantalla con una estética fascinante, entre tierna y monstruosa, valga como ejemplo la versión de Tim Burton de “Charlie y la Fábrica de Chocolates”, 2005, basada en el libro de Dahl de 1964.
Aunque es en la animación, la tradicional y dispendiosa animación cuadro a cuadro, donde verdaderamente se lucen. Desde el gesto aterrador con que concluye su historia la camionera que da un aventón a Pee-wee Herman en “Pee-wee’s Big Adventure”, 1985, al animado mundo de los muertos en “El Cadáver de la Novia”, 2005, ambas dirigidas por Burton.
Tim Burton también tiene humor negro y bastante de grotesco en su obra literaria, no desprovista de esa extraña belleza, baste mencionar los cuentos de “La melancólica muerte de chico ostra”, 1997, escritos e ilustrados por él, que fueron luego inspiración para una serie de cortos animados, protagonizados por El Chico Mancha, quien luego sería el anfitrión de su página web.


En febrero publiqué una corta nota sobre “9”, una película post-apocalíptica de Tim Burton que sería estrenada el pasado mes de septiembre. Basada en un cortometraje nominado al Oscar en 2005, se trata de una especie de versión animada de “Terminator 4” donde los buenos no son seres humanos (éstos hemos sido aniquilados hace rato por las temibles máquinas) sino un grupo de pequeños muñecos de trapo a los que les han dado vida de alguna misteriosa manera que no nos puede ser revelada sin estropear la historia.
El largometraje “9” no está realizado en la técnica de animación cuadro a cuadro, sino mediante las modernas herramientas de CGI. Tampoco el corto original de 2005. Sin embargo, sus realizadores han logrado infundirles esa textura de realidad de una sociedad reconstruida a partir de los escombros, de los retazos sucios y quemados y de los restos destrozados de una civilización arrasada. Y también tiene esa estética extraña, característica de Burton y sus colegas.


Trailer de “9”

El largometraje se estrenó, como estaba previsto, el 9 del mes 9 de 2009 en los Estados Unidos. Todavía no nos han dado fecha para el estreno por estas latitudes. Bueno, gracias a Eduardo Carletti, en Axxon me he enterado que en Argentina se prevé el estreno para el próximo 5 de noviembre y en España para enero de 2010.

En el entretanto, llegó y pasó la cuarta película de la serie “Terminator”, a cargo de un director que se hace llamar “McG” y quien también dirigió las dos películas de los “Angeles de Charlie”. Llegó y pasó, para muchos, sin pena ni gloria. Por mi parte, no le perdono haber caído en el lugar común de las malas películas de ciencia ficción, donde los protagonistas se mantienen recitando el importante papel que están jugando para la historia de la humanidad.
Pero debo decir que “Terminator Salvation”, 2009, sí tuvo sus elementos interesantes, al menos para mi gusto. Por ejemplo, la nueva fauna de máquinas que puebla este mundo en guerra del 2018.
Están los gigantes sin cabeza (en la moda de los Transformers) que recogen seres humanos como cosechando moras; los transportadores de los humanos cosechados, inspirados en camiones ganaderos, pero dotados de sistemas anti-gravedad; las “mototerminators”, negras y de ojos con luz de leds rojos, un cruce entre motocicleta y pantera (ya un objeto de coleccionistas); y los mejores de todos, los “Hydrobots”, anguilas acorazadas que te pueden perseguir tanto en agua como en tierra. El mismo “McG” reconoce en sus máquinas la influencia de los diseños de H.R. Giger y del monstruo de “Alien, el Octavo Pasajero”, 1979.

Otro punto interesante de “Terminator Salvation”, es la presencia de Helena Bonham Carter, quien interpreta a la doctora Serena Kogan y le brinda su rostro dramático y voz profunda a la malvada Skynet (la inteligencia artificial que lidera la rebelión de las máquinas) en el clímax de la película. Un papel pequeño, pero fundamental, como ella misma lo expresó en algunas entrevistas.
La actriz inglesa ha interpretado personajes tan distintos entre sí como la inocente jovencita de “Habitación con Vista”, 1986, la perturbadora Marla Singer de “El Club de la Pelea”, 1996, la desquiciada hechicera Bellatrix Lestrange en la saga de “Harry Potter” y la inteligente chimpancé de la versión de Tim Burton de “El Planeta de los Simios”, 2001, que extrañamente nos recordaba tanto a Michael Jackson; pero nunca había intervenido en una película de acción de Hollywood con semejante presupuesto (bueno, exceptuando “El Planeta de los Simios”).


Selección de las escenas de Helena Bonham Carter en “Terminator Salvation”

Helena Bonham Carter ha sido desde hace varios años la musa y actriz de las películas de Tim Burton, además de ser su mujer y compartir un hijo y una hija con él. Una de la razones que la animaron a participar en el proyecto fue la insistencia de su marido, quien es un gran admirador de las dos películas de la saga “Terminator” dirigidas por James Cameron.

Como en el caso de “El Extraño Mundo de Jack”, Tim Burton produjo pero no dirigió “9”. El director fue el joven creador del corto animado original, Shane Acker. En palabras del mismo Tim Burton, fue la extraña poesía espiritual del corto, una cierta emoción única, lo que le animó a apoyar el proyecto de convertirla en largometraje. Lo dicho, ellos se juntan: Shane Acker comparte con Tim Burton y aquellos otros creadores esa estética hermosa y bizarra a la vez (que tal vez no era tan evidente en sus anteriores trabajos, “The Hangnail”, 1999, y “The Astounding Talent of Mr. Grenade”, 2003). A cargo del guión está Pamela Pettler, quien también trabajó en “El Cadáver de la Novia” y en “Monster House”, 2006. La música es de Danny Elfman, quien ha colaborado en muchísimas ocasiones anteriores con Tim Burton.


Cortometraje original de “9”, 2005

Junto con Tim Burton, también es productor de “9” el ruso Timur Bekmambetov, conocido por llevar al cine las dos primeras novelas de la Tetralogía Fantástica de su compatriota Sergey Lukyanenko: “Guardianes de la Noche”, 2004, y “Guardianes del Día”, 2006. Ambas se encuentran en mi larga lista de pendientes. Cuando Bekmambetov conoció el corto animado de Acker fue para él como si estuviera mirando a través de una puerta entreabierta, podía ver una pequeña parte de un nuevo mundo detrás de esas paredes. Vio que Acker tenía su misma sensibilidad y su decisión fue unirse al proyecto para realizar el largometraje, de manera que fuera posible conocer aún más de ese misterioso mundo de muñecos de trapo y máquinas asesinas.
Bekmambetov es también director de “Wanted”, 2008, que no ha ingresado a esa lista hasta que alguien me convenza de que hay algo más en ella que Angelina Jolie y la escena de la bala con efecto.


“Guardianes de la Noche” (Nochnoy dozor) 2004


“Guardianes del Día” (Dnevnoy dozor) 2006

Bekmambetov debe estar terminando por estos días una nueva película, que tiene por título en inglés “Black Lightning”. Algunos la han descrito como una versión de “Chitty Chitty Bang Bang” con un mil por ciento más de Bang pero a mi la historia que plantea el trailer me recuerda más bien a la primera película de “Transformers”, 2007, de Michael Bay, sólo que en esta ocasión el automóvil, en lugar de convertirse en robot, vuela. Eso sí, las escenas de vuelo sobre Moscú, la elegancia del Volga de los 50s y la tipografía retro están geniales.


“Black Lightning”, ¿Diciembre de 2009?

En el corto de 2005, sólo aparecen dos de los pequeños protagonistas, #9 y #5. De los demás sólo hay una imagen holográfica fantasmal en la misteriosa conclusión. En el largometraje, en cambio, conocemos a todos los nueve muñequitos y, al menos para la versión de habla inglesa, han hecho un casting de voces impresionante.
En el corto no hay diálogos, toda la narración es con acciones e imágenes. De hecho, Tim Burton declaró en una entrevista con tor que su primera inclinación había sido hacer la película también sin diálogos, al ver lo que se había logrado con esta decisión en la textura del corto. Su intención era lograr la sensación de naturalidad de la animación cuadro a cuadro y hacer lo mismo con el sonido. De los 79 minutos, sólo 19 son de diálogo, la mayor parte de la historia se narra a través de imágenes, pantomima y mediante los elementos de diseño de ese universo.


Otro Trailer de 9

En una entrevista concedida a Charlie Jane Anders del equipo de io9, Bekmambetov plantea que se trata de un pequeño universo donde aparecen los diferentes tipos de personas con que uno se encuentra todos los días, “9 es realmente acerca de la vida real y de la gente alrededor de uno”. Según él, a donde quiera que uno vaya, siempre hay personas interpretando los mismos roles. Así que la construcción de personajes fue un asunto de arquetipos.
Entonces encontramos, al igual que en la imagen simplificada que nos construimos de la sociedad con la que nos relacionamos, que los personajes desempeñan determinados roles. Está el amigo, la chica, el dictador, el chiflado… eso fue lo que hizo Acker, asignando un rol a cada uno de sus protagonistas.
Según Bekmambetov, todos los personajes de todas las historias son realmente nuevas versiones de los mismos arquetipos que conocemos desde hace mil años, desde las tragedias griegas. “No podemos crear nuevas historias, sólo cambiamos el ambiente y la conciencia y reorganizamos las cosas un poco”.

Está #1, el dictador, el auto investido líder de la tropa cuya posición se ve amenazada por la llegada de #9, el curioso e inquisitivo protagonista. Su voz es la del actor Christopher Plummer, el legendario capitán Von Trapp de la novicia rebelde. Recientemente Plummer le prestó su voz a otro personaje animado: Charles F. Munz, el malvado antagonista de UP obsesionado con la captura del mítico pajarraco.


Martin Landau es #2, un amistoso y venerable inventor que se ayuda de un bastón para caminar y del lente desprendido de unos anteojos para poder ver. Es curioso, le encanta explorar y rebuscar en la basura nuevas partes para sus múltiples invenciones. Landau fue protagonista de las series de televisión “Misión Imposible” y “Cosmos 1999”.

#3 y #4 son los mellizos, no tienen voz y su forma de comunicarse es proyectando las imágenes de sus memorias y pensamientos a través de sus ojos. Son un par de personajes infantiles, tímidos y asustadizos.

#5 es un curandero, pero también un tutor y un experto mecánico. Bueno, cuando toda la gente que te rodea son máquinas, no hay mucha diferencia entre un mecánico y un médico. Es el leal ayudante de #2 y un gran amigo. Ha perdido un ojo, probablemente en un terrible enfrentamiento con un monstruo mecánico. Un hombre común de gran corazón siempre haciendo de conciliador, es interpretado por John C. Reilly, el marido del personaje de Juliane Moore en “Las Horas” y también el marido de Renée Zellweger en “Chicago”.

Crispin Glover es #6, un artista salvaje e impulsivo. Su personaje plasma visiones del pasado y del futuro en sus pinturas, algo así como Isaac Méndez, el personaje del chileno Santiago Cabrera en la primera temporada de “Héroes”. Glover fue el papá de Michael J. Fox en “Volver al Futuro.”


#7 es la chica, sólo hay una chica en “9”, como era tradicional en las viejas películas de aventuras y de ciencia ficción. Pero acá la chica es de cuidado y sabe valerse por sí misma. Es toda una guerrera. Su voz es la de Jennifer Connelly, ganadora del Oscar de la Academia por su interpretación de Alicia Nash en “Una Mente Brillante.”
#7 es la única chica pero no el único personaje femenino en “9”. Está la “Costurera” (“The Seamstress”), una de las más impresionantes villanas de todos los tiempos.


Fred Tatasciore, un actor especializado en darle voz a personajes ficticios como Iván el Terrible en el juego “Age of Empires III”, es #8, el guerrero fortachón, firme seguidor de los designios de #1. #8 ha sido comparado a una versión en tela cruda del muñeco de Michelin.


Y finalmente, #9 es Elijah Wood, Frodo en “El Señor de los Anillos”, no necesita más presentación. No se trata sólo del héroe, además de curioso, #9 tiene mucho de MacGyver, puede construir casi cualquier cosa a partir de los restos y piezas que hay regados por todas partes, una característica que ya le habíamos conocido en 2005. Los muñecos ven las ruinas de esa civilización de la que no tienen la menor idea como un enorme depósito de bloques de construcción para forjar el futuro, porque son enormemente creativos.


Estos nueve personajes son el principal elemento que agregan los poco más de 70 minutos adicionales que tiene el largometraje respecto al corto. Sin embargo, son también el punto que los críticos han encontrado decepcionante de la película.
Por ejemplo, para Bridget McGovern de tor, la trama y los personajes parecían haber sido un añadido posterior al film. Los personajes, según ella, son poco más que cúmulos de rasgos de personalidad clavados de manera poco convincente a los números arbitrarios asignados a ellos. Sabemos que #9 es el héroe, #7 la valiente guerrera, #6 el artista loco y #5 el bonachón; otro cuento es que lleguemos a encariñarnos o identificarnos con ellos.
Igualmente, C. J. Anders de io9 encuentra que los muñecos y sus personalidades son el punto donde la película fracasa, casi fatalmente. Los muñecos se sienten tan uni-dimensionales que se vuelven aburridores como personajes. Toma como ejemplo el conflicto central entre el rebelde #9 y el autocrático #1: “se siente como si viéramos variaciones de la misma escena, pero no pasa nada interesante. Escuchamos a #1 repetir casi la misma línea, ‘esta locura no nos llevará a nada bueno,’ o algo con el mismo significado, una y otra vez. Y entonces #1 achica sus lentecitos en un gesto de cautela, mientras #9 arroja vagas frases acerca de querer entender las cosas. Estos dos son los únicos muñecos con algo siquiera remotamente semejante a personalidades reales, y aparecen como leyendo sus parlamentos.”


Lawrence Person de Locusmag comenta que el diálogo es lo peor en la película y la falta de brillo de las actuaciones, a pesar de la calidad de los actores. En particular, encuentra las interpretaciones de Elijah Wood y Christopher Plummer monótonas y faltas de sutileza, y señala que es un problema de dirección, pues ambos actores han hecho trabajos mucho mejores anteriormente.
McGovern rescata a #1 como el único personaje multi-dimensional, que en efecto se desarrolla y cambia durante el curso de la película, revelándose como un fracasado, cobarde y débil, en lugar de un dictador inherentemente déspota y sin redención. “Tristemente, esta instancia es más la excepción que la regla en un film que a la larga involuciona a una serie de efectos visuales impactantes cosidos entre sí con puntos de trama vaga y piezas inconexas de historias personales. Su diseño es tan ingenioso y espectacular como sus protagonistas, pero para una película tan preocupada con lo terrible que es perder el alma, realmente sucede muy poco debajo de su impresionante superficie.”
Habría que revelar una parte importante de la trama para justificar la razón por la cual tiene sentido que los personajes sean planos, al punto de parecer tener cada uno sólo una parte de una personalidad completa. El asunto tiene que ver con las escenas en las que aparece el creador tanto de los muñecos como de las terribles máquinas de guerra, el científico y constructor de juguetes, a quien el actor Alan Oppenheimer le prestó su voz (el doctor Rudy Wells, médico de cabecera de “El Hombre Nuclear”).


Desde otro punto de vista, a criterio de Tim Burton, los actores hicieron un excelente trabajo al lograr mantener sus interpretaciones lo más naturales posibles. “Eso le ayudó a la película a tener una calidad más humana. Se me ha a acusado de que ‘Oh, la película se veía bien pero no había historia,’ pero no estoy de acuerdo con eso por principio y ‘9’ es el ejemplo perfecto porque la sensación, la textura y el aspecto visual de ese mundo, y de esos personajes, es en sí la historia. Ese es su componente principal que te hace sentir como te hace sentir cuando la ves.”
En eso la crítica es unánime, todos alaban el excelente trabajo de CGI y la calidad gráfica de la animación. “Para ser justos,” comenta McGovern, “‘9’ es una película absolutamente impresionante. Visualmente te deja sin aliento incluso en sus momentos más oscuros. Acker, los diseñadores de producción Robert St. Pierre y Fred Warter, y el director de arte Christophe Vacher merecen los mayores elogios por traer a la vida este mundo y sus habitantes, creando una atmósfera entre sombría pero también luminosa: una tierra arrasada aunque todavía con algunos rayos fugaces de esperanza.” Para Anders, por su parte, el aspecto visual es precioso, “la animación exuberante es en verdad su punto fuerte, y ver a los muñecos en la gran pantalla, realmente aprecias el detalle que tienen. Sus suturas y tejidos se mueven de formas fascinantes cuando ellos se mueven y caminan. Y hay una fascinación y disfrute en verlos correr por el paisaje en ruinas y esquivar cuchillos y llamas, dado lo frágiles que siempre parecen ser. ‘9’ justifica verla así sólo sea por el aspecto visual y su estética gótica y grotesca de máquinas hechas a la imagen de animales, luchando contra diminutas máquinas hechas a nuestra semejanza.”
Lawrence Person llega al punto de declarar que se quita el sombrero ante Acker y el equipo de CGI de Focus Films (o sus subcontratistas). “Si a usted le atrae el aspecto improvisado y bruñido, de algún modo Steampunk al estilo de la Segunda Guerra Mundial del film, puede perfectamente valer la pena verlo sólo por eso.”



Un momento, ¿Qué es eso de “steampunk” que menciona Person?

Como muchos ya saben, en la década de los ochenta se presentó un movimiento reaccionario en la ciencia ficción que se concretó en el subgénero que denominaron “cyberpunk”. Fueron muchísimos los escritores que comenzaron a trabajar con los conceptos de esta nueva tendencia y a explorar las variantes creativas que de la misma se podían desprender. Así surgieron varios subgéneros adicionales, enfocados en distintas tecnologías y en distintos efectos sociales.


Por ejemplo, se desarrollo el “biopunk” (un derivado del “cyberpunk” donde la principal tecnología no era la cibernética sino la biotecnología) a principios de los 90s. En esas historias, las personas son modificadas pero no por medios mecánicos sino por manipulación genética. Paul Di Filippo, es considerado el más importante escritor biopunk, aunque el prefería decir que sus historias eran “ribofunk”, haciendo alusión a los ribosomas y los aspectos socio culturales asociados a la música funk nacida en los 60s. También se habló del “postcyberpunk”, donde se conservaba el énfasis en la tecnología de los computadores, pero el enfoque humano no se limitaba a los personajes marginales.


Un subgénero destacado fue el “steampunk”, situado en una historia alternativa de la era victoriana que combina la tecnología anacrónica de la revolución industrial con los aspectos sombríos del “cyberpunk.” El término fue creado alrededor de 1987, medio en serio, medio en broma, pero luego tuvo su madurez literaria con obras como “The Difference Engine”, 1991, de William Gibson y Bruce Sterling, donde el científico precursor de los computadores, Charles Babbage, logra popularizar en la Europa de finales del siglo XIX el uso de gigantescos computadores mecánicos propulsados por máquinas de vapor. Recomiendo igualmente la animación japonesa “Steamboy”, 2004, del mismo director de “Akira”, 1988, Katsuhiro Otomo.


En la era victoriana las máquinas no sólo tenían un diseño funcional sino que heredaron sus decoraciones de lo usos y costumbres de la época, de los torneados de los muebles, patas de león, y alusiones a formas vegetales. Un ejemplo de ello son las historias de Julio Verne, que tienen el sabor del tiempo que a él le tocó vivir, sus protagonistas son elegantes caballeros ingleses ataviados a la usanza de la época, y los inventos de sus científicos son hermosas construcciones en madera, bronce y cristales cuyo diseño trasciende la simple funcionalidad.


Existen variantes de este género según la tecnología en que se enfocan y la época histórica que reflejan: el “clockpunk”, donde la fuerza motriz no proviene del vapor sino de resortes y mecanismos de relojería, tiene su origen en los juegos de rol (algo que parece salido de los apuntes de Leonardo DaVinci); el “dieselpunk” se inspira en el pulp fiction de mediados del siglo XX describiendo sociedades tecnocráticas impulsadas por derivados del petróleo, con una estética relacionada con la de la segunda guerra mundial. Muchos ubican en este último género la visión retro-futurista de “Capitán Sky y el Mundo del Mañana”, 2004.


A diferencia de los otros subgéneros, el “steampunk” tuvo y tiene hoy su mayor desarrollo fuera de la literatura. El “steampunk” se ha convertido en un movimiento estético, con exponentes en la música, la ilustración, la moda, el diseño y una creciente multitud de fans.








Los muñecos de Shane Acker luchan por su supervivencia en las ruinas de un mundo semejante al de mediados del siglo pasado, tiene muchas referencias a esa época. Las escenas anteriores al fin de la humanidad están plagadas de la estética de la propaganda fascista. Los paisajes desolados recuerdan la invasión de Normandía y la ciudad de Dresden, después del bombardeo. El refugio donde #1 tiene su trono es una catedral contra la que ha chocado un bombardero B-52. Por eso, algunos han decidido incluir a “9” dentro del género “dieselpunk”.
Sin embargo, el detalle del diseño de los monstruos mecánicos que acechan a sus protagonistas tiene una sensación de finales de siglo XIX. Partes de maquinaria de elegantes líneas, fundidas en bronce, han sido ensambladas y suturadas entre sí con los retazos de una civilización destruida. Shane Acker es un fanático del “steampunk” y es gran admirador de la estética de esa época, el aspecto a lo Julio Verne. “esa época celebra la mecánica pero a la vez hay cierto tipo de ornamentación. Pienso que es muy hermosa, expresiva y visual. Yo quería traer eso a este mundo. Es como si la revolución industrial hubiese progresado otros 300 años y no hubiéramos entrado en la era digital. Hay una tecnología de computadores, pero es toda mecánica. Si la era victoriana se hubiera colapsado en algún evento post-apocalíptico, estas criaturas están hechas de todos los trozos y piezas que quedaron. Esa es la idea detrás del ‘stitchpunk’. No es un ‘steampunk’ que se hubiera destruido, sino los trozos y piezas del ‘steampunk’ que fueron cosidas entre sí. Yo quisiera poder decir que inventé el término ‘stitchpunk’ pero no fue así. Fue alguien en un blog, pero dio en el clavo.”
Un gracioso juego de palabras que aprovecha la semejanza sonora entre “steam” y “stitch” (costura, sutura, puntada) ha construido una palabra tan pegajosa que algunos la utilizan incluso para refererirse a los nueve pequeños protagonistas.

La gente de “9” generó una gran expectativa alrededor de la película. Tanta que tal vez por ello fueron los críticos tan duros con ella. Habrá que esperar a verla en nuestras pantallas para hacernos nuestra propia idea.
La campaña publicitaria se centró en los medios especializados, liberando imágenes de la concepción artística, trailers y teasers repletos de acción, concursos. Incluso crearon una página interactiva en la que los más entusiastas podrían descubrir piezas claves de la historia de los pequeños muñecos de trapo animados y de lo que llevó a su mundo a ser lo que era. También hay un perfil creado en Facebook donde el científico revela algunos secretos de la trama.


Un buen ejemplo de esto son las escenas donde aparece “La Costurera” (“The Seamstress”), tal vez el más temible engendro que ha creado el cine. En palabras de Acker, “hacemos nuestra reinterpretación de la Medusa. Es como una versión ‘steampunk’ de ‘Furia de Titanes.’”

La cabeza rota de una muñeca de porcelana con un solo ojo (el otro ojo es una escrutadora luz roja) instalada en el cuerpo de una cobra de tela cosida, con muchos brazos amenazantes, armados de agujas y tijeras. Sin duda un homenaje al terrorífico cuarto de los muñecos torturados por el vecinito malvado de Andy en “Toy Story”, 1995. Tan elegante y misteriosa como la otra madre de “Coraline”, la que quiere que remplaces tus ojos por botones, peligrosa como los “Hydrobots” de “Terminator Salvation”, es una bestia mecánica caníbal que asimila en su estructura a los hombrecitos de trapo que atrapa. Hipnotiza a sus víctimas a través de los ojos de un señuelo a imagen y semejanza de ellos.

9 Exclusive Clip

#9 rescata a sus compañeros de la temible costurera


Ahora que ha empezado a tomar fuerza un movimiento llamado “stitchpunk”, algunos recuerdan que hubo precursores de estos muñecos cosidos de tela de costal y todo ese aspecto de suturas improvisadas. Por ejemplo, Sara Williams de io9 publicó una lista de referencias que va desde los videojuegos al cine, tanto en vivo como de animación.
“Little Big Planet” es un videojuego para PlayStation 3 donde el protagonista es un muñequito de trapo muy parecido a #9, incluso con el cierre. Es más infantil y de aspecto más tierno y vive en un mundo totalmente hecho de lo que acá se llama “Arte Country”. También están las creaciones anteriores de Tim Burton, como el perro resucitado “Frankenweenie”, el disfraz de la gatúbela de Michele Pfeiffer en “Batman Returns”, 1992, al igual que el traje de “Eduardo Manos de Tijeras”, 1990. La secuencia inicial de “9”, en la cual detallan la construcción del protagonista, es muy similar a los primeros minutos de “Coraline”, donde temibles manos de aguja juegan a ser Dios mientras desmembran y vuelven a coser una muñeca de trapo. También están muchos de los personajes de “El Extraño Mundo de Jack”, desde Sally, la coprotagonista que a cada rato se desmembra hasta el temible “Boogie Man,” que no es más que un enorme saco lleno de bichos.

Finalmente, todo este asunto de muñecos de trapo, tijeras y peligrosas agujas, nos trasladan al mundo de los clásicos muñecos de Voodoo. Para la muestra, un precioso corto animado sobre el coraje y desprendimiento de uno de estos muñequitos.


Sebastian’s Voodoo, 2009.