viernes, 27 de febrero de 2009

Philip José Farmer (Enero 26, 1918 – Febrero 25, 2009)


Philip José Farmer, uno de los grandes maestros de la ciencia-ficción, que falleció el 25 de febrero a los 91 años en su casa de Peoria (Illinois), es el autor de Los amantes (1961), cuya primera versión como relato corto fue rechazada por el célebre editor John Campbell con el calificativo de "nauseabunda".

(tomado de: El País, edición impresa)

En Marzo, la magia de la electricidad se toma a Medellín


En 1932 los Estados Unidos sufrían los estragos de la Gran Depresión y en un país de desempleados el día del trabajo no era una fecha memorable. Un hombre se ganaba la vida en un carnaval ambulante, día tras día, sentado en la silla eléctrica, compartiendo el escenario con el hombre esqueleto, la mujer gorda y un hombre tatuado al que llamaban “El hombre ilustrado”. Esa semana, la feria se había establecido a orillas del lago Míchigan.

En cada función Mister Eléctrico repetía su rutina ante los ojos asombrados de jóvenes y adultos, la electricidad le erizaba el cabello y él blandía su espada fulgurante sobre las cabezas de los niños. “¡Vive por siempre!” gritaba, mientras las chispas alcanzaban a cada uno de ellos.

Esa noche, los relámpagos de Mister Eléctrico le cambiaron la vida para siempre a uno de ellos. El niño tenía doce años y regresó al otro día, demasiado elegante para un sábado. Venía del funeral de su tío favorito.

Mister Eléctrico le enseñó algunos trucos de magia y lo presentó a los otros artistas. Terminaron sentados a la orilla del lago, conversando de lo divino y lo humano. “Ya nos habíamos encontrado antes”, le dijo al niño, “Fuiste mi mejor amigo en la guerra con Francia de 1918, reconozco su alma brillando en tus ojos. Moriste en la batalla del bosque de Ardennes pero ahora has regresado. Bienvenido al mundo.”

Con esas misteriosas palabras le regaló un pasado, así como le había regalado un futuro la noche anterior. “¡Vive por siempre!” En ese momento el niño supo que su destino era ser, como él, un gran mago y no ha parado de desempeñar su oficio desde entonces.

Por eso, ese año pidió una máquina de escribir de juguete de Navidad.

Su nombre es Ray Bradbury, escritor estadounidense de fantasía, misterio, terror y ciencia ficción. Mejor conocido por su novela distópica “Fahrenheit 451” (1953) y las “Crónicas Marcianas” (1950), Bradbury es considerado uno de los más grandes y más populares escritores americanos de ficción especulativa del siglo veinte.

En sus propias palabras: “Era un niño mago imberbe que extraía irritables conejos del interior de sombreros de cartón piedra. Me transformé en un mago adulto y barbado que extraía cohetes de su máquina de escribir y de la Inmensidad de las Estrellas que se extendía tan lejos como los ojos y la mente podían ver o imaginar.”

Las chispas de Mister Eléctrico siguen viajando a través del tiempo y del espacio, a través del superconductor que es la obra de Bradbury. La primera que llega a mi memoria me alcanzó cuando no tenía todavía doce años. Venía de un pequeño libro rojo, con letras doradas y pasta fina, como las de las enciclopedias, “Los mejores relatos de anticipación” de Editorial Bruguera: un cuento corto de Ray Bradbury llamado “Vendrán lluvias suaves” que después me enteré hacía parte de las “Crónicas Marcianas”.

Una casa inteligente completamente automatizada prepara diariamente desayunos, lava, sacude y anuncia la hora para una familia que ya no está, de ellos sólo quedan las siluetas de pintura blanca delineadas sobre una pared exterior carbonizada. La ciudad en ruinas emite un resplandor radiactivo (Recopilando información para este artículo encontré un corto animado ruso y otro de animación por computador, inspirados en este cuento).

De este texto, escrito en 1950, aprendí que había una cosa llamada guerra fría, y supe que existía la amenaza de un holocausto nuclear, supe que los sótanos de los Estados Unidos estaban habilitados como refugios nucleares, supe de ciudades como Hiroshima y Nagasaki, y de la isla de las Tres Millas.

Pero también supe que sería de por vida un lector de ciencia ficción.

La otra chispa de Bradbury que me marcó para siempre entró por la pantalla del televisor, cuando todavía ésta era en blanco y negro. En un episodio de “Dimensión desconocida”, tres niños quedan huérfanos de madre y el papá los lleva a una extraña fábrica a escoger a su nueva abuela robótica. Todavía recuerdo cuando los niños corrían llevando las muestras seleccionadas de ojos, cabello, manos, piel y mi hermano especuló: “se va a caer una de esas niñas por el agujero y va a salir algo monstruoso”.

La tragedia vaticinada no ocurre y la abuela llega para ser acogida de inmediato por los dos menores. La hija mayor está recelosa: la abuela le recuerda demasiado a su madre, a la que no puede perdonar por haberse ido. Pero la abuela le demuestra en un aparatoso accidente que es indestructible y que nunca la abandonará.

Se trata del cuento “I Sing the body Electric” que Ray Bradbury publicó en 1969 como parte de una colección del mismo nombre. Es inspirado en un poema de Walt Whitman (de hecho, incluir la palabra “Electric” en un poema en 1855 era ya ahondarse en los terrenos de la ciencia ficción).

Años después vi una nueva versión, “La abuela eléctrica”, en colores y protagonizada por Maureen Stapleton, más ajustada al texto original, y con el maravilloso final: cuando ya ellos están ancianos, sus hijos y sus nietos se han ido, los tres regresan a vivir sus últimos días, juntos, en la misma casa de su infancia, la abuela regresará a confortarlos y cuidar de ellos, como cuando eran pequeños. Aprendí entonces que yo todavía podía llorar de emoción.

Y ahora resulta que no soy el único en mi ciudad contagiado con esta magia eléctrica. Me enteré hace unos días que tres quijotes están liderando en Medellín el montaje del primer encuentro de ciencia ficción, literatura fantástica, arte, música, ciencia y tecnología. Fractal’09 “cualquiera puede construir futuro” se realizará entre el cuatro y el ocho de marzo de este año, en las instalaciones del Jardín Botánico, el Parque Explora y el Parque de los Deseos.

El jueves cinco será un homenaje en vida a Ray Bradbury. Él no nos acompañará pero ya envió sus saludos. Habrá una conferencia y una “descarga fractal” (entiendo que es una especie de lectura en público – tertulia con efectos especiales [Me acaban de informar que las descargas serán en el Parque Explora y, por el momento, no se prevén efectos especiales como los que solían incluir en las tertulias en Eafit el año pasado]) con una de las historias de las “Crónicas Marcianas”, precisamente esa que Borges en su prólogo a la versión en castellano nombró como la historia más alarmante de la colección, por su horror metafísico.

Por supuesto que Fractal’09 no es sólo Ray Bradbury, también celebraremos el segundo centenario del nacimiento de Edgar Allan Poe, quien además de poblar las pesadillas de generación tras generación de aterrados lectores fue un precursor de la ciencia ficción en los años treinta del siglo XIX. [Fe de erratas: Me acaban de informar que la charla sobre Edgar Allan Poe no podrá realizarse en marzo, pero la tienen prevista para algún momento en el segundo semestre de este año. Pero no se preocupen, hay muchas cosas que no les estoy contando todavía sobre el encuentro, incluidos invitados especiales]

El encuentro se cierra el domingo ocho de marzo, y conmemora el día de la mujer recordándonos que fue precisamente una mujer, Mary Shelley, la autora de la que se considera la primera novela de ciencia ficción: “Frankenstein o el moderno Prometeo”. Fue publicada en 1818, diez años antes del nacimiento de un francesito llamado Julio Verne.

La palabra latina “monstrum” significa “augurio que advierte sobre las desgracias”. Cuando un animal o un niño nacían deformes, era una advertencia divina de futuras desgracias. Mary Shelley llamó “monstruo” al enorme y espantoso ser creado por Víctor Frankenstein con partes de cadáveres. De allí viene que hoy nombremos así a cualquier ser vivo anormalmente grande y terrorífico. (Este dato se lo debo a Isaac Asimov, en su libro, “sobre la ciencia ficción”).

En el siglo XIX la electricidad todavía no formaba parte de la vida cotidiana de la gente, incluso en los países que hoy se llaman “primer mundo”. Era considerada como una fuerza misteriosa, metafísica. De ahí que Mary Shelley le haya dado vida al monstruo de Frankenstein con una descarga eléctrica, un siglo antes de los trucos de carnaval de Mister Eléctrico.

Al fin y al cabo, todo queda en familia, en las propias palabras de Ray Bradbury:

“Julio Verne fue mi padre.
H. G. Wells fue mi tío sabio.
Edgar Allan Poe era el primo con alas de murciélago que guardábamos en lo alto del desván.
Flash Gordon y Buck Rogers fueron mis hermanos y amigos.
Ahí tenéis mi linaje.
Añadiendo, por supuesto, el hecho de que, muy probablemente, Mary Wollstonecraft Shelley, la autora de Frankenstein, era mi madre.
Con una familia así, de qué manera podría haber salido distinto a como salí: un escritor de extrañas fantasías y cuentos de ciencia ficción.”

sábado, 21 de febrero de 2009

9



En la línea de las distopias postapocalípticas, un corto animado de Shane Acker fue nominado a los premios Oscar en 2005: En un futuro similar al que nos plantea Terminator para el hijo de Sarah Connor, las máquinas han destruido a la humanidad, insectoides mecánicos recorren las ruinas del planeta cazando a los últimos seres vivos.

9, el protagonista que se enfrenta a estos monstruos es el último de un grupo de muñecos de trapo cuyas almas han sido capturadas una tras otra con una tecnología que evoca las imágenes de Final Fantasy, the spirit within.

¿peleles con alma? ¿por qué? alguien los creó con un propósito. La historia se desarrolla en el largometraje del mismo nombre que está previsto estrenarse el día 9 del mes 9 del 2009, producido por Tim Burton y dirigido por Timur Bekmambetov.

viernes, 20 de febrero de 2009

Sleep Dealer: Inmigrantes latinos cyberpunk


Esta película de Alex Rivera es un encuentro de los inmigrantes latinos a los Estados Unidos con la tecnología que el Cyberpunk nos dio a conocer en los años 80's.

Desde México se exporta mano de obra a los Estados Unidos, sólo que los trabajadores no tienen que estar físicamente en las obras de construcción sino que están conectados a través de una interfaz de inmersión total...

bueno, el resto lo ven en este link y en el website oficial.













Un cuento de Cortazar


Me encontré en la web por estos días el cuento que pueden leer al final de esta entrada. Esteban Carlos Mejía lo compartió en su Blog "Lalito Grafía" de Elcolombiano.com

El cuento fue publicado en 1967 dentro de la colección "La vuelta al día en ochenta mundos"

Por escrito gallina una

"Con lo que pasa es nosotras exaltante. Rápidamente del posesionadas mundo estamos hurra. Era un inofensivo aparentemente cohete lanzado Cañaveral americanos Cabo por los desde. Razones se desconocidas por órbita de la desvió, y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvió a. Cresta nos cayó en la paf, y mutación golpe entramos de. Rápidamente la multiplicar aprendiendo de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, química menos un poco, desastre ahora hasta deportes, no importa pero: de será gallinas cosmos el, carajo qué."

sábado, 14 de febrero de 2009

Un lector de ciencia ficción en el Hay Festival de Cartagena

El pasado domingo primero de febrero, en el Teatro Heredia de Cartagena de Indias, Eduardo Lago(1), director del Instituto Cervantes en Nueva York, entrevistó a Salman Rushdie, el escritor de los famosos “Versos Satánicos”,1988, ante una multitud de lectores y curiosos.

Supe en esa entrevista que la primera novela que había publicado Salman Rushdie (“Grimus”, 1975) era una novela de la ciencia ficción. El escritor no se declaró para nada orgulloso de ésta, su primera obra, y tampoco fue generoso al referirse a la ciencia ficción en general. Comentó que en su adolescencia estuvo absolutamente obsesionado con la ciencia ficción y leía todo lo que encontraba del género, no sólo de los que considera grandes autores como Kurt Vonnegut(2), Philip K. Dick(3) o Ray Bradbury(4), sino también de otros a su juicio de regular, mala y pésima categoría cuyos nombres(5) pronunció en un tono tal que produjo más de una risa en el auditorio.

Rushdie reconoce que la ciencia ficción y la fantasía son un vehículo especialmente apropiado para explorar nuevas ideas, pero dejó claro que en un momento dado perdió todo interés en el género, particularmente por dos razones: en primer lugar, porque a su juicio casi toda la ciencia ficción está muy, muy, muy mal escrita, que se trata de una escritura al nivel de chimpancés, la obra creada accidentalmente por un grupo de chimpancés golpeando el teclado de los computadores; pero más por la pobre caracterización de los personajes, en particular la de las mujeres. Según él, las mujeres en la ciencia ficción no son más que personajes voluptuosos de
grandes senos.

Curiosamente, el columnista del Sunday Times Bryan Appleyard nos comparte en su columna de diciembre de 2007 una anécdota según la cual en la década de los 70s, Kingsley Amis(6), Arthur C Clarke(7) y Brian Aldiss(8) eran los jueces de un concurso para la mejor novela de ciencia ficción del año. Habían llegado a la decisión de otorgar el premio precisamente a “Grimus”, de Salman Rushdie, pero en el último minuto la editorial retiró el libro del certamen porque no querían la novela en los anaqueles de “ciencia ficción” de las librerías. “De haber ganado,” según Brian Aldiss “habría sido etiquetado como autor de ciencia ficción y nadie habría vuelto a saber de él”.

Todo esto porque la ciencia ficción se ha convertido en el género “paria” de la literatura. En palabras de Appleyard “se trata del tío que nos avergüenza en la fiesta de la literatura: pertenece a la familia, pero nadie quiere ser visto cerca de él. Tiene, según dicen, hábitos desagradables, y sus únicos amigos son pequeños y tristes aduladores que se saben de memoria los guiones de Viaje a las Estrellas”.

Y, paradójicamente, escuché el nombre de Kurt Vonnegut, reconocido autor de ciencia ficción, de tres escritores distintos en tres charlas distintas ese mismo domingo, y no precisamente para hablar mal de él. Además de Salman Rushdie, lo mencionó el joven escritor Saša Stanišic, nacido en la extinta Yugoslavia, refugiado en Alemania desde 1992 y autor de la novela “Cómo el soldado repara el gramófono”, 2006. Stanišic incluyó a Kurt Vonnegut en su original lista de libros favoritos. Para él, la novela “Desayuno para Campeones”(9), 1973, de Vonnegut es el mejor libro para leer “mientras se come Macarrones con queso”.

También lo mencionó la colombiana Pilar Quintana(10) en su intervención en la charla “La angustia de las Influencias”, pronunciando su nombre con el acento de quien lo ha conocido en su idioma original. Kurt Vonnegut es para Pilar el escritor que más le ha gustado y la ha impresionado recientemente, con su “crítica deliciosamente ácida” y llena de humor. Desde que leyó “Matadero Cinco” por recomendación de su amigo Antonio García(11) hace un par de años, ningún autor lo ha podido desbancar de su Top Ten.

En su lista de los tres libros que más impacto han tenido en ella, junto con “Crónica de una muerte anunciada”, 1981, de Gabriel García Márquez y “Factótum”, 1975, de Charles Bukowski no puede decidirse entre “Matadero Cinco” de Vonnegut o alguna obra del imaginativo Philip K. Dick, que tiene en sus libros mascotas eléctricas y unas drogas que te meten en una realidad virtual. Estos dos autores le enseñaron que se pueden escribir locuras, cosas totalmente raras. Para ella, en el fondo la pregunta que P. K. Dick se está haciendo es ¿qué tan real es la realidad? (ésta que estamos viviendo) y ¿qué tan irreales son el mundo de la imaginación, el mundo de la alucinación o el mundo de los sueños?

Parece ser que se trata de un asunto de amor y desamor. Una dualidad a la que tratan de adaptarse los literatos respecto al género como aquella dualidad onda – partícula con la que aprendieron a convivir los físicos desde la época de Heisenberg. El propio Vonnegut se sorprendió cuando los críticos lo catalogaron como escritor de ciencia ficción por su primera novela(12) y nunca se sintió cómodo con este encasillamiento, que él atribuía a su educación en
tecnología: “persiste la sensación de que no se puede simultáneamente ser un escritor respetable y entender cómo funciona un refrigerador”(13).

Bryan Appleyard afirma que los ingleses tienen una visión parroquiana al respecto, la desprecian como género literario aunque son capaces de apreciarla como gran arte en el cine (cita como ejemplo “Solaris”(14) de Andréi Tarkovsky y “Blade Runner” de Ridley Scott), no los abochorna la literatura fantástica de Terry Pratchett(15), J. R. R. Tolkien(16) o Phillip Pullman(17) porque es respetada como literatura para niños que pueden leer los adultos, mientras que la ciencia ficción siempre será irredimiblemente adolescente. Yo creo que no es sólo la opinión de los ingleses. En nuestro medio también se asocia el género casi con exclusividad a las divertidas pero simples historias de indios y vaqueros donde los indios son marcianos y los vaqueros son astronautas armados con pistolas láser.

Pero los escritores de hoy no se avergüenzan al decir que admiran a autores de ciencia ficción que experimentaron hace cuarenta años con nuevas técnicas narrativas que hoy están más vigentes que nunca. Sin embargo, el público formal de lectores serios sigue despreciando la ciencia ficción por las ideas preconcebidas ya expuestas, por otro lado, los ingenieros la descalifican por cualquier mínima fisura en el rigor científico de sus afirmaciones y teorías y,
como si fuera poco, los periodistas son felices publicando que tal o cual autor se equivocó por unos años en la fecha de sus predicciones.

No es la labor del escritor de ciencia ficción predecir el futuro, eso se lo dejamos a los adivinos. Su papel es tratar de imaginar el efecto en el hombre y en su sociedad del entendimiento científico de cada época (futura, presente, pasada o que pudo haber pasado) y de sus aplicaciones tecnológicas. Es por eso que hoy es más importante que nunca, porque somos de una generación que vivió para ver convertidas en cosas cotidianas, e incluso anodinas, casi todas las ideas que hace unos años eran, como se dice, “de ciencia ficción”: La televisión en colores, los transplantes de corazón, la ecología, la fecundación in vitro, el calentamiento global, el botox, el fax, la fotocopiadora, la música digital, los teléfonos celulares y las cámaras digitales, el VIH, las GPS, la gripe aviar, la Internet, la clonación de mascotas...

Los que hemos sido lectores de ciencia ficción podemos reconocer en el pulso de la historia caminos ya recorridos de la mano de maestros como Arthur C. Clarke, Robert A. Heinlein(18) o William Gibson(19). Todavía me estremezco al recordar que el término Al-Qaeda significa “La Fundación” porque está inspirado en la saga de ese nombre de Isaac Asimov(20), que trata sobre la construcción de una nueva civilización después de la caída del imperio galáctico.

Yo, por mi parte, regresé de Cartagena satisfecho, con varias historias en mi maleta, empezando por la “Trilogía de las Tierras” (1983, 1986 y 1987) de Jordi Sierra i Fabra, escritor catalán de literatura infantil y juvenil que vino como uno de los jurados del Concurso Nacional de Cuento RCN – Ministerio de Educación. Esta trilogía, escrita hace un cuarto de siglo y considerada obra pionera de la ciencia ficción en España, promete ser una entretenida lectura: “Un futuro no muy lejano: seres humanos y máquinas son iguales ante la Constitución. La acusación de asesinato de una máquina por parte de un hombre alterará la convivencia y desencadenará el inicio de la revolución pendiente”.

También traje “La novela perfecta”, 2006, de otra jurado del concurso, Carmen Boullosa, laureada escritora mexicana, poeta, novelista, autora de obras de teatro. “En Brooklyn, Nueva York, un escritor bastante holgazán está a punto de crear la novela perfecta con la ayuda de un artefacto y un software que posibilitan el paso directo de la imaginación a la (virtual) realidad, sin pasar por la escritura.”

Así mismo, vino conmigo “Mar gruesa” de Martin Amis(21), elegido por sus colegas para ser reconocido con el premio “Hay Festival Cartagena 2009”. Martín Amis es un escritor inglés, que como buen hijo de tigre(22), ha incluido en esta colección de relatos algunos que rondan las fronteras de la ciencia ficción, como el que trata sobre “un mundo futuro en el que un ser de otro planeta llega a la tierra, explica el cataclismo que asoló su civilización y plantea un destino no muy halagüeño para la raza humana”.

Previamente al festival pude leer “La increíble vida breve de Oscar Wao”, 2007, de Junot Díaz(23) que nos cuenta la saga de una familia dominicana que sufrió la dictadura de Rafael Trujillo y vivió la diáspora a Nueva Jersey, hasta llegar a Oscar, el único dominicano en el mundo que no tiene éxito con las mujeres, gordo, nerd, obsesionado con la ciencia ficción y las novelas fantásticas, con los juegos de rol y las revistas de comics. Conviviendo con su sabor caribeño y un espanglish que funciona igualmente bien en la versión original en inglés como en la traducción al español, “Oscar Wao” deleita a los iniciados con su analogía entre la dictadura de Trujillo y la Tierra Media de Tolkien y nos salpica aquí y allá con citas de los videojuegos, los juegos de rol como calabozos y dragones, y la literatura y el cine de ciencia ficción para el placer de los fanáticos: “Ahora les toca a ustedes. Pastilla azul, continúan. Pastilla roja, regresan a Matrix”.

Finalmente, de Pilar Quintana quedo a la espera de la publicación de su próxima novela, “Club Iguana”, de la cual ya se puede leer el primer capítulo en la revista “Los Noveles”. Es narrada en primera persona por una mujer asfixiada en el perfecto conjunto habitacional para ejecutivos exitosos, una mole de concreto blanco, con todos los servicios y comercios y miles de apartamentitos iguales, conferencias de autoayuda y hasta un laboratorio antiestrés, toda una distopia que me recuerda a “Mil Novecientos Ochenta y Cuatro”, 1949, de George Orwell.
Hasta ahora, las historias de Pilar han sido realistas, habitadas por personajes traídos de “una ciudad en un momento determinado: Cali en los noventa, en pleno apogeo del narcotráfico. La ciudad nadaba en la abundancia y se llenó de mujeres voluptuosas con tetas enormes de silicona”.

¡Qué curioso!

Son prácticamente las mismas palabras que usó Rushdie.

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NOTAS

1 Escritor Español, ganador del premio Nadal en el año 2006 por su novela “Llámame Brooklyn”.
2 Escritor norteamericano, autor de “Matadero Cinco”, 1969, novela llevada al cine por George Roy Hill con la película que fue premio del jurado en el festival de Cannes de 1972.
3 Escritor norteamericano, autor de “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, 1968, adaptada al cine por Ridley Scott con el título de “Blade Runner”, 1982.
4 Escritor norteamericano, autor de “Crónicas Marcianas”, colección de cuentos de 1950 (llevada a la televisión en 1979 como miniserie de la NBC), y “Fahrenheit 451”, 1953 (llevada al cine por Francois Truffaut en 1966).
5 Mencionó a C. M. Kornbluth, A. E. Van Vogt, Clifford D. Symak y L. Sprague de Camp.
6 Padre del escritor Michael Amis y considerado el novelista de comedia de la vida británica del medio y tardío siglo XX. En 1960 dictó una serie de conferencias sobre lo que la ciencia ficción decía acerca del hombre y la sociedad, que fueron recopiladas ese año en “Nuevos mapas del infierno: Un informe sobre la ciencia ficción”
7 Escritor inglés, autor de “Odisea Espacial 2001” (1968) y coguionista con Stanley Kubrik de la película del mismo nombre.
8 Escritor inglés, autor de “Los super juguetes duran todo el verano”, 1969, cuento en el que se basó la película “Inteligencia Artificial”, 2001, de Steven Spielberg.
9 Esta novela fue llevada al cine por Alan Rudolph en 1999, con la actuación de Bruce Willis, Albert Finney y Nick Nolte.
10 Escritora colombiana incluida en el grupo Bogotá 39 y autora de “Cosquillas en la lengua”, 2003, y “Coleccionistas de polvos raros”, 2007.
11 Escritor colombiano, también integrante de Bogotá 39 y autor de “Su casa es mi casa”, 2001 y “Recursos humanos”, 2006.
12 Ambientada en Schenecdaty, una población del estado de Nueva York construida alrededor de la compañía General Electric, “Utopía 14” fue publicada originalmente en 1954 y en 1966 fue publicada nuevamente con el título “La pianola”.
13 “On Science Fiction”, por Kurt Vonnegut para el New York Times, septiembre 5 de 1965.
14 Película de 1972 basada en la novela de 1961 del escritor polaco Stanislaw Lem.
15 Autor de la saga de comedia fantástica “Mundodisco” (1983 – 2009).
16 El conocido creador de la Tierra Media y autor de “El señor de los anillos”, 1954-55, y “El Hobbit” (~1930).
17 Autor de la “Brújula dorada”, 1995, primer libro de la trilogía “La Materia Oscura” e inspiración para la película de Chriz Weitz de 2007.
18 Escritor norteamericano, autor de la revolucionaria novela “Forastero en tierra extraña”, 1962.
19 Escritor norteamericano, acuñó el término “ciberespacio” en su cuento “Quemando Cromo”, 1986. Es también autor de “Neuromante”, 1984, la novela clásica del subgénero cyberpunk que está siendo adaptada al cine por Joseph Kahn.
20 Escritor norteamericano y divulgador científico e historiador nacido en Rusia. Entre sus obras más conocidas están los libros de la saga “La Fundación” (1951 – 1986) y “Yo, Robot”, 1950.
21 Escritor inglés, autor de “Dinero”, 1984, “Campos de Londres”, 1989 y “La información”, 1995.
22 Martín Amis es hijo de Kingsley Amis, escritor y estudioso de la ciencia ficción, mencionado al principio de este artículo.
23 Escritor dominicano nacionalizado en los Estados Unidos, ganador del premio Pulitzer en 2008 por la obra citada.